La implantación embrionaria es un proceso complejo que requiere de un embrión sano y un endometrio receptivo, así como de un estrecho diálogo entre ambos. El fallo de implantación se diagnostica cuando no se ha podido lograr un bebé después de al menos tres ciclos de Fecundación in Vitro (FIV), o de la transferencia de más de diez embriones de buena calidad.
Actualmente, existen soluciones altamente efectivas para el fallo de implantación, entre las que destacan:
• Transferencia de embriones en la fase de blastocito (día 5 de desarrollo embrional)
• Diagnóstico genético preimplantatorio
• Eclosión asistida o hatching asistido