La calidad ovocitaria indica cuán preparados están los óvulos de una mujer para convertirse en embriones sanos una vez fertilizados. Un óvulo de mala calidad puede alterar el proceso reproductivo y marcar la diferencia entre llevar o no un embarazo a su término.
Del mismo modo, los óvulos de mala calidad pueden desembocar en embarazos cromosómicamente anormales y aumentar así el riesgo de que el bebé presente desórdenes genéticos.