Los óvulos son fundamentales no solo por portar la mitad del material genético esencial para la creación de vida, sino también como vehículo clave en el arranque del desarrollo embrionario. Este rol activo subraya la crítica importancia de la calidad y funcionalidad del óvulo. El citoplasma del óvulo, repleto de nutrientes vitales para el desarrollo inicial del embrión, y la salud general del óvulo determinan el éxito de la concepción y las primeras etapas del desarrollo embrionario.
Esta realidad se ha convertido en una creciente preocupación para muchas mujeres, dado que la calidad del óvulo puede verse comprometida por condiciones como el Síndrome de Ovario Poliquístico (PCOS), la Endometriosis, e incluso el envejecimiento natural. En el ámbito de la reproducción asistida, como en la Fertilización In Vitro (FIV), garantizar óvulos de alta calidad es prioritario, lo cual abre nuevas posibilidades para el futuro reproductivo y el legado familiar de personas que desean lograr un embarazo utilizando óvulos propios.